El día 4 de julio la RFEC presentó a la prensa especializada su ‘cartucho ecológico’, con una ridícula carga de 20 gramos de perdigones deformes que se desintegran durante el impacto. Esto es todo lo que ha sido capaz de desarrollar después de una década y tras invertir 1.500.000 de euros del colectivo cazador en el proyecto.
Aunque nunca he entendido la razón por la que la Real Federación Española de Caza se ha empeñado en desarrollar una munición de escopeta "ecológica", esto es, cargada con perdigones que no sean ni contengan plomo (porque esta munición ya existe, se puede adquirir en España y hoy día es tan efectiva como la de plomo), al principio de iniciarse el proyecto la idea no me pareció del todo mal. Entonces, aún no estaban tan perfeccionados los cartuchos ecológicos y pensaba que así los cazadores españoles podríamos, en caso de necesitarlo, usar uno español.
Munición peligrosa
Sin embargo hace unos meses cambié de opinión. A través de Israel Hernández, director de publicaciones de caza de Editorial América Ibérica, empresa editora de la revista TROFEO, conseguí unos cartuchos "ecológicos" de la RFEC del calibre 12-70 que por fortuna no disparé, pero sí desmonté para verlos por dentro.
He escrito que "por fortuna no disparé" porque de haberlo hecho podría haber roto mi Beretta o haberme pasado algo peor, ya que algunos de estos cartuchos generaban presiones en la recámara superiores a la que ha sido probada mi escopeta (1.370 bar). Así es, unos días después de conseguir la munición también conocí los resultados de una prueba de esta cartuchería, realizada en un banco de pruebas de una conocida fábrica de municiones del norte de España: ¡desarrollaban presiones comprendidas entre 1.309 y 1.456 bar!
Para que el lector se haga una idea de la presión disparatada y peligrosa que suponen estas cifras, deben saber que la cartuchería magnum de altas prestaciones más potente que legalmente se puede fabricar no puede desarrollar una presión superior a 900 bar (lo que es lógico, pues así la presión que genera el disparo nunca puede superar la resistencia probada del arma).
De pobres prestaciones
Al desmontar los cartuchos, que les recuerdo eran del 12-70, comprobé algo que había escuchado pero que nunca había constatado: los supuestos perdigones ecológicos tenían tamaños diferentes (de al menos dos números) y encima no eran esféricos sino deformes, por lo que es imposible desde un punto de vista balístico que esta cartuchería pueda plomear bien. Vamos, si plomeara bien además de ecológica sería algo así como milagrosa, mágica, porque sería capaz de desafiar las leyes de la Física, ya que la superficie de cada uno de los "perdigones", al salir por la boca de fuego, ofrece una fuerza de resistencia al aire distinta y cambiante que necesariamente hace que se dispersen de forma errática.
Como además los cartuchos desarrollaban velocidades muy altas (velocidad media: 438 metros por segundo), concluí que lejos de tratarse de una munición útil y de altas prestaciones, como así pretende que sea la RFEC, lo que tenía en mis manos era una muy deficiente y peligrosa munición dispersante que no entiendo siquiera cómo llegó a ser cargada con perdigones deformes y mucho menos probada, no digo en un cañón probeta, sino en escopetas de caza porque se podía haber producido un accidente.
Y altas presiones
Es evidente que las altas presiones que desarrolla el cartucho que hemos comentado se pueden deber a distintos factores, entre ellos el tipo de material empleado para fabricar los "perdigones".
Ahora bien, suponiendo que el pistón sea correcto (lo he desmontado y comprobado que lleva un taco normal y un cierre tipo estrella también normal) la presión anómala que desarrolla tiene que deberse fundamentalmente a que la RFEC utilizaba una pólvora con una composición química inadecuada. Y más concretamente a que utiliza una pólvora que produce en los primeros instantes del encendido un volumen de gases inadecuado.
Sin embargo, en lugar de intentar utilizar una pólvora adecuada, de los numerosos tipos que existen para cartuchos de escopeta calibre 12-70 cargados con perdigones de plomo y ecológicos, parece ser que la "solución" que ha adoptado la RFEC no ha sido ésa. En vez de disminuir la presión utilizando un tipo de pólvora correcto lo que ha hecho es rebajar el peso de la carga de sus perdigones ecológicos deformes a ¡20 gramos!
Y lo peor de todo es que pretenden comercializarlos con dicha carga, según se deduce al leer el "Informe preubas balísticas pérdigón libre de plomo" (Sic), de fecha 9 de abril de 2012, realizadas por representantes de la RFEC y de la empresa Azor Ambiental, S.A., en la página 4: "Cabe destacar también, como resultado muy positivo, el hecho de que en tacos en los que se cargan normalmente de 32 gr de perdigón de plomo, haya sido posible cargar entorno a 20 gr de perdigones libres de plomo, lo que supone un ahorro de 12 gr por cartucho de perdigón, que haría más competitivo el precio del cartucho".
Está claro que piensan lanzar al mercado cartuchos con una carga tan ridícula y, por supuesto, que no saben que existen (o no quieren utilizar) tacos para contener cargas más voluminosas de proyectiles.
Esta munición ecológica calibre 12-70 de 20 gramos fue presentada, como prototipo (que esperan mejorar y comercializar con esta carga cuando logren hacer un perdigón más esférico), a la prensa especializada durante el acto de firma de un acuerdo de la RFEC con la empresa Azor Ambiental para desarrollar la munición ecológica (lo que tampoco deja de ser curioso, al menos para mí, pues pensaba que ya llevaba años desarrollándola).
Yo no asistí a dicho acto, pero sí Antonio López, redactor-jefe de TROFEO, quien me proporcionó los datos balísticos de este cartucho, único en el mundo por su escasa y peculiar carga de perdigones deformes que, para más inri, no se aplastan sino que "se rompe o fragmenta", como puede leerse en el citado informe de "preubas".
Totalmente inútil e impresentable
Se trata del cartucho que en las "preubas" se denomina "M-17", cuyos datos balísticos compararon durante el evento con los de un cartucho (desconocido) calibre 12 cargado con 34 gramos de perdigones de plomo, comentamos a continuación (ver recuadro adjunto en columna derecha).
Lo primero que quiero decirles es que para mí no tiene sentido alguno comparar dos municiones del mismo calibre con cargas tan diferentes. O sea, que si es absurdo probar una munición de 20 gramos, mucho más lo es comparar los resultados que se obtengan con otra de 34 gramos.
Dicho esto, les diré que si se fijan bien en los datos, verán que el cartucho de 34 gana por "goleada" al ecológico de la RFEC: con una presión aceptable para su carga (665 bar), es más rápido (la velocidad del ecológico es, además muy reducida). También plomea mejor el de plomo, y lo hubiera hecho mucho mejor (con respecto al ecológico) si se hubiera disparado a 36 metros, que es la distancia a la que se tiene que medir el plomeo con el calibre 12, independientemente de la carga que tenga, para poder llegar a cualquier conclusión balística seria.
Estoy seguro que utilizando el mismo choke (que ni siquiera se indica) y la misma escopeta, a 36 metros hubieran sido muy pocos los perdigones ecológicos que hubieran alcanzado el blanco y, además, estarían muy irregularmente repartidos por su superficie. No olvidemos que los perdigones son deformes.
Igualmente, el cartucho de plomo es capaz de penetrar más a cualquier distancia en ¡las páginas de un listín telefónico!, aunque este dato carece ya de todo rigor científico y no sirve para nada, ya que todas las páginas no ofrecen la misma resistencia.
El dato de velocidad de encendido de la pólvora entiendo que debe ser para "impresionar", para indicar que se ha utilizado un cronógrafo, ya que a efectos prácticos para un cazador no sirve para nada ni hay posibilidad de compararlos (sólo se proporciona el dato del cartucho ecológico). La presión que genera el cartucho de 20 gramos es altísima para una carga tan ligera. Si llega a estar cargado con 34 gramos sería inadmisible.
En el recuadro no se indica ni el tipo ni el peso de la pólvora del de 34 gramos de plomo, sólo aseguran que el M17 ecológico está cargado con 1,7 gramos. Sin embargo, en el informe "preubas" aparece esta munición (así como otras similares con nombres como M22, M24, etc.) indicando que está cargada con 1,7 gramos de pólvora CSB-2. Pues bien, la CSB-2 es una pólvora muy progresiva "diseñada para cartuchos con alto peso de perdigones", según indica el fabricante (UEE-Maxam) en sus catálogos.
¿Pensará la RFEC que 20 gramos es una carga pesada de "perdigones" y por eso le parecen suficientes gramos para una cartuchería del calibre 12? ¿Desconoce acaso para qué sirve la pólvora que está utilizando? ¿Considera que un proyectil que se fragmenta tiene un comportamiento predecible en balística de efectos?
Pues no me queda más remedio que suponer que así es, porque sólo de este modo se puede entender que realice "preubas" con la intención de sacar conclusiones con cargas ridículas de una munición deforme y que se fragmenta, utilizando pólvoras inadecuadas y distancias de tiro incorrectas.
Este desconocimiento explicaría además el hecho de que esta impresentable munición fuera presentada a la prensa especializada. Claro que también puede ser que un servidor esté equivocado y no me haya dado cuenta que se trata de una "preuba" y no de una prueba bien hecha y con el rigor necesario para considerarla como tal. Total, como estamos para desperdiciar el millón y medio de euros que se llevan invertidos en el proyecto, ¿qué más da tirar a la basura un poco de dinero más?