domingo, 23 de marzo de 2014

"La figura del pirómano es difícil de encontrar pero la del incendiario sí es bastante común"



Entrevista a Juan Carlos Santana, inspector de agentes de Medio Ambiente de la Comunidad Autónoma de Canarias


Juan Carlos Santana
El Cabildo de La Gomera está desarrollando desde hoy un curso centrado en la investigación de las causas de incendios forestales. El objetivo es formar en esta materia a los funcionarios que ocupen puestos de agentes de Medio Ambiente de la institución insular aunque también se han matriculados personal del Cabildo de El Hierro, de La Palma y del Ayuntamiento de Santa Cruz, así como a los agentes forestales de los parques nacionales de Garajonay y la Caldera de Taburiente. Con ello se quiere que este personal pase a integrar las brigadas especializadas de investigación de incendios forestales (BIIF). Uno de los profesores que imparte el curso es el inspector de agentes de Medio Ambiente de la Comunidad Autónoma de Canarias, transferido al Cabildo de Gran Canaria, Juan Carlos Santana, quien explica el contenido de las charlas:

-El curso consiste en dotar a los alumnos de los conocimientos necesarios para que se puedan integrar en Brigadas de investigación con el fin de encontrar la causalidad inmediata de los incendios como medida preventiva de los mismos.

- Ustedes trabajan en la Unidad de Medio Ambiente de Gran Canaria. ¿Qué grado de éxito han tenido durante este tiempo?
-Hemos podido establecer las pautas de la causalidad en los incendios. Empezamos trabajando con unas hipótesis que se basaban en la quema de rastrojos y en segundo lugar estaba un uso indebido de medios mecánicos y al final en base a esa causalidad quedó como primera los medios mecánicos y en segundo las eléctricas.
- ¿Y la acción de los pirómanos?
-Hay que distinguir entre incendiarios y pirómanos. Hay una confusión que se debe aclarar. Incendiario es aquella persona que de forma intencionada prende fuego al monte para causar un beneficio o un perjuicio. Sin embargo el pirómano lo hace porque sufre un trastorno de los impulsos. Son situaciones diferentes. La figura del pirómano es difícil de encontrar pero la del incendiario sí es bastante común.
- ¿Cree que el código penal está a la altura de las circunstancias en cuanto a la imposición de penas por provocar incendios?
-Creo que en el código penal están suficientemente bien regulados los incendios forestales. El problema más bien es cómo hacer valer esa prevención. Hay un problema con los tribunales con jurado en cuanto que no están dando buenos resultados para estos casos y quizás habría que introducir modificaciones normativas. El problema es siempre probatorio. Es muy complicado demostrar que es un delito intencionado pero el código penal ahora mismo es suficiente. Lo que faltan son los medios para hacerlo valer.
- ¿De qué resolución de un caso se siente más orgulloso?
-En doce años hemos tenido un poco de todo. Principalmente situaciones que aparentaban una circunstancia y luego fueron otras. Recuerdo ahora mismo un caso en el que el origen parecía haber sido el incendio de un vehículo cuando luego se demostró que se trataba de una maniobra de defraudación de fluido eléctrico que había hecho una persona para conseguir de forma ilegal electricidad para su vivienda. Con esta investigación no sólo resolvimos este caso, sino también evitamos que el incendio se volviera a producir cada cierto número de años en cuanto se fuese recuperando la vegetación. Si no damos con la causa real de un incendio estamos condenados a que se vuelva a repetir. Eso sí, hasta que un día se unan una serie de circunstancias y nos encontremos frente a un gran incendio. Por ello debemos a veces enfrentamos a pequeños conatos para evitar que se conviertan en un fuego enorme. Hay que neutralizar las causas desde el principio.
- Entonces usted está hablando de la investigación como una especie de prevención.
-La investigación es una herramienta de prevención. Eso es lo que hay que resaltar. El principal objetivo de la investigación es darle a las administraciones una herramienta para que puedan planificar la prevención de los incendios. Sino diagnosticamos la enfermedad no nos podremos curar.
- La Unidad de Medio Ambiente dedicada a la investigación de incendios a la que usted pertenece tiene ya una antigüedad de doce años. ¿Cuánto personal dedican a la investigación?
-Durante el verano nos dedicamos de forma exclusiva a las labores de investigación seis agentes. Contamos también con la colaboración del Cecopin, el centro de coordinación de emergencias.
- ¿Cómo son sus relaciones con la guardia civil?
-Las relaciones son, como no podía ser menos, de colaboración. En ningún momento invadimos competencias ajenas ya que trabajamos con las que nos han sido transferidas desde la Comunidad autónoma en materia de prevención e investigación de incendios. No obstante nuestro trabajo trae aparejadas una serie de consecuencias legales que son inevitables y necesarias para poder prevenir. Nuestra colaboración se basa en la igualdad y con el fin de obtener que se cierre de la mejor forma posible una investigación.
- En el caso concreto de La Gomera. ¿Qué consecuencia puede traer consigo este curso?
-Lo importante es que se cree una brigada de investigación, que permita desarrollar una política de investigación de incendios para determinar las causas de los fuegos ocurridos en La Gomera. Así se le daría a la Administración una herramienta que le permitiría adoptar medidas de prevención. En el aspecto policial, lo que queremos es borrar esa posible sensación de impunidad que existe sobre quienes provocan un incendio forestal. El código penal y las leyes administrativas tienen perfectamente recogidas las consecuencias para aquellas personas que causan incendios y así hay que hacerlo efectivo. No obstante, me quedo con el aspecto preventivo. Los incendios suponen un peligro para las personas y medio ambiente y si no podemos evitarlos del todo, al menos hay que intentar prevenirlos en lo posible.
Fuente: lagomeraahora